
Ahora que, aprovechando su reciente salida en Blu-Ray, acabo de volver a ver la espectacular renovación que Christopher Nolan llevó a cabo en el 2005 sobre el así llamado Caballero Oscuro -otro sobrenombre con el que se conoce a Batman y que, como el lector sabrá, ha sido utilizado para dar nombre a la segunda parte de la saga-, recuerdo la curiosa sensación que esta misma película me produjo la primera vez que la vi en el cine. Y digo curiosa porque aquella primera vez me resultó sencillamente entretenida y este segundo visionado me ha maravillado y mantenido pegado al sillón de mi casa durante los 140 minutos que dura. Y es algo que me resulta extraño y cuya razón me cuesta entender... quizá para ello haya que remontarse tiempo atrás. No en vano, en mi memoria se encontraba aún latente aquella antigua, estrambótica y en mi opinión genial primera incursión en este medio (al menos, si mi memoria no me falla) que el siempre polémico Tim Burton hizo del superhéroe a finales de los 80, principios de los 90 -más exactamente en el 89-. Y, claro, cuando esto ocurre uno no puede evitar las comparaciones (aunque resulten odiosas) entre ambas, aunque cada una derroche virtudes a su particular manera. Solo así logro explicarme que aquella primera vez, sentado en la butaca del cine, esta maravilla llamada "Batman Begins" que presenta a un Batman más humano, más vulnerable y más real (al menos, todo lo real que puede ser un superhéroe), no me enamorase como lo ha hecho esta segunda.
Pero pongámonos en situación: como decía, "Batman Begins" supone un nuevo comienzo para el Hombre Murciélago; hacer borrón y cuenta nueva que se suele decir. Desde el principio de la película asistimos al viaje físico e interior que el millonario Bruce Wayne (Christian Bale) debe realizar, de la mano de su mentor Henri Duncard (Liam Neeson), hasta convertirse en el oscuro defensor de Gotham, una ciudad hundida en la miseria y asolada por la pobreza y la delincuencia. Un viaje en el que, por medio de varios 'flashbacks' (recurso cinematográfico consistente en mostrar escenas del pasado), conoceremos la historia que atormenta a nuestro protagonista y que le ha llevado, finalmente, a estar donde está: detenido en una prisión china donde conocerá a Henri, un misterioso hombre que sirve a "intereses mayores", y que ve potencial en Wayne para su causa. Henri, quien actúa bajos las órdenes de Ra's Al Ghul (Ken Watanabe) -el aficionado al cómic reconocerá inmediatamente este nombre-, pertenece a una hermandad de justicieros que se hace llamar La Liga de las Sombras la cual, según Henri, lleva actuando miles de años tratando de purgar el mal del mundo. Sin embargo, los métodos que requieren, o mejor dicho creen requerir, para llevar a cabo su cometido (el clásico "no se puede hacer la tortilla sin romper los huevos") chocarán con el código ético de Wayne, dando lugar a una confrontación entre éste y la Liga y provocando que aquel deba distanciarse y volver a Gotham para buscar su propio camino...
Y es que "Batman Begins", antes que una película de superhéroes, es un acercamiento a la moral y ética humana. ¿Donde acaba la sed de justicia y empieza la de venganza? ¿Quien puede decidir lo que es justo y lo que no? ¿Qué razones podrían mover a alguien a llevar una doble vida con el propósito de salvar una ciudad podrida? Todas estas son preguntas con las que Christopher Nolan juega para presentar en pantalla un Batman creíble -tarea en la que también tiene muchísimo mérito Christian Bale-, que sufre no solo a nivel físico sino a nivel espiritual por combatir el crimen que amenaza con destruir la ciudad que él ama, y por la que ya murieron sus padres persiguiendo, aunque de forma muy distinta, el mismo objetivo. Y es que, si de algo habla la película, es en primer lugar de sentimientos: de ira, de dolor, de deseo de superación y de miedo... sobre todo de miedo. Porque si Wayne es el hombre tras la máscara, el hombre que sufre tratando de redimir su pasado, Batman es la máscara tras el hombre; el miedo convertido en leyenda que circula de boca en boca entre los criminales de Gotham. Un murciélago. Un símbolo.
Una esperanza.
Mi puntuación en IMDB: 8


1 comentario:
Muy buena crítica, sí señor.
Y el blog en general, muy bueno ;)
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