"Wall-E" no es para niños.Quiero decir, tal vez un niño disfrute viendo esa tierna -y tremendamente expresiva- mirada del último robot de limpieza de basura que queda sobre la Tierra. Probablemente también se ría con algunas de las divertidas situaciones que ocurren en esta película de animación. E incluso puede que se conmueva con la particular historia de amor que se da entre dos androides que poco tienen de robot.
Pero los detalles... los detalles son los que distinguen a la película. Los que la encumbran y marcan la diferencia entre lo infantil y lo adulto. Entre lo mecánico y lo humano. Entre la tremenda sensibilidad que despiden ciertos momentos puntuales del filme de las tradicionales 'ñoñerías' típicas de otras películas de Disney.
Quizá, el mayor mérito consiste en lograr todo eso sin apenas diálogos (al menos, hasta la segunda mitad de la película). Quizá, eso precisamente sea lo que logra evocar un sentimiento de soledad tan grande y transmitírselo al espectador. Lo que convierte un simple gesto (como cuando el robot entrecruza los 'dedos' de sus manos) en toda una lección de ternura.
No hablamos ya del apartado técnico, que es sencillamente magistral. Pixar ha creado todo un mundo digital que brilla con luz propia -a pesar del ambiente oscuro, mortecino y apocalíptico que acompaña a la película-, con unos decorados que asombran por su realismo y unos personajes más vivos y expresivos que muchos otros actores reales en pantalla.
Y es que "Wall-E" quizá no sea una obra maestra... pero lo parece. Y mucho.
Mi puntuación en IMDB: 9


1 comentario:
Tierna es la película, y tierna es tu mirada que ha ayudado a transmitir una perfecta idea del film :-) Precioso al cuadrado :D
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