Hoy estrenan Coraline (o "Los Mundos de Coraline", como ha sido bautizada en nuestro país). Una película que, a pesar de la estética oscura y estrambótica tan propia de Tim Burton, no viene firmada por él sino por Henry Selick, quien también dirigiera en su momento Pesadilla Antes de Navidad escrita por el susodicho Burton. Ambas están rodadas usando la técnica stop-motion, consistente en dar vida a muñecos y/o marionetas a través de la fotografía, simulando los movimientos y los gestos de los personajes fotograma a fotograma; si bien esta última, Coraline, viene acompañada por técnicas más actuales, como la alta definición, amén de otros "pluses" post-producción como la proyección en 3 dimensiones, en cines que así lo admitan (¡como el Kinépolis!).Ejem. Cierto. Olvidé comentar que ayer mismo asistí, en compañía de mi hermano, al preestreno de la película (en 3D) en los Kinépolis por cortesía del diario El Mundo, que me obsequió con un par de entradas obtenidas por sorteo. Y si lo que pretendían los impulsores de la iniciativa era promocionar la película, sin duda lo han conseguido. Al menos, por mi parte.
Coraline, para el que no lo sepa, es un cuento de terror para niños basado en el best-seller del mismo nombre escrito por el británico Neil Gaiman, autor entre otras obras del también best-seller American Gods, de la tronchante Buenos Presagios (co-escrita junto a Terry Pratchett) y de la extraordinaria y onírica -nunca mejor dicho- Sandman, obra maestra del cómic americano contemporaneo. El libro, que originalmente iba a llamarse Caroline, salió con el nombre cambiado debido a un error de imprenta que el autor no quiso corregir. Y destaco esto porque, que nadie se engañe, si bien el despliegue técnico de la película es sencillamente espectacular, el mayor atractivo de la misma está en su historia. Una historia de miedo pensada y enfocada a los niños, que logra cautivar (y, en ocasiones, hasta provocar escalofríos) a los adultos.
Y es que haciendo gala de una sensacional fotografía, escenografía, diseño de marionetas y puesta en escena (¡madre mía, cómo se lo ha currado la gente implicada en este filme!), la cinta nos habla de Coraline Jones (a la que, en su versión original, pone la voz Dakota Fanning), una niña que, junto a sus padres, se muda a una tranquila casa en medio del campo. El tedioso y aburrido entorno, unido al hecho de que sus padres no le prestan demasiada atención, ayudará a que la protagonista preste atención a una pequeña y extraña puerta que hay escondida en medio de la casa. Cuando Coraline cruza la puerta en la noche, descubre un idílico mundo de juegos, fantasía y diversión, donde todo es más luminoso, más colorista, más bonito y... ¿mejor?. Un mundo habitado por sus "otros" padres -cuyo único cambio en su aspecto físico parecen ser unos extraños botones negros cosidos donde deberían estar sus ojos-, más atentos, serviciales y cariñosos con ella que los del otro lado. ¿Un sueño hecho realidad? ¿O una pesadilla en la que quedarse a vivir... para siempre?
Coraline es, en definitiva, una oscura aventura en la que adentrar -y adentrarse uno mismo de paso- a hijos, hermanos pequeños, sobrinos o nietos. Porque aprender a desconfiar de los extraños (por muchas falsas promesas de diversión y golosinas que les acompañen) nunca fue una mala idea. Y disfrutar haciéndolo, menos aún.
Mi puntuación en IMDB: 7


2 comentarios:
Gran película, sin duda, pero un doblaje soso y por las mismas personas de todas las películas de niños... Estoy deseando ir a la VOS.
Es verdad, yo también fui al preestreno, el doblaje es soso. Sigo siendo partidaria de las películas en versión original.
El resto, muy bien.
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