Tras mi reciente -y casi monotemático- viaje a Alemania que, entre otras cosas, me ha ayudado a cultivar mis conocimientos sobre la Segunda Guerra Mundial -una reciente época oscura de nuestra historia de la que los alemanes se sienten terriblemente avergonzados-, mi paladar cinéfilo reclama ahora películas ambientadas en dicha época. Es por ello que, a los dos días de nuestro regreso, mi amigo Héctor (quien me acompañó en el viaje) y yo vimos en la comodidad de nuestros hogares la sensacional El Pianista que, a pesar de ciertos matices personales que más adelante comentaré, no puedo dejar de recomendar.Roman Polanski retrata con agobiante crudeza hiperrealista la Polonia invadida por los nazis durante la Guerra, a través de los ojos de Wladyslaw Szpilman, un brillante pianista judío al que da vida un excepcional Adrien Brody. Así, asistimos como testigos impotentes a la implacable persecución y acoso a la que se vieron sometidos los judíos, desde la creación y de los llamados guettos hasta la deportación de prisioneros a los campos de concentración. Una odisea por la supervivencia marcada por el horror, la destrucción y la muerte de todo cuanto el protagonista ha conocido. Un rodaje tan implacable como la historia que tiene que contar, para que nadie olvide.
A título personal, como comentaba antes, debo confesar que el filme se me hizo terriblemente lento, hasta el punto de provocar en mí el aburrimiento. Y sé que no es justo, pues la calidad de la obra de Polanski es indiscutible, pero así fue... qué le puedo hacer.
En cualquier caso, un trabajo exquisito para algo más que para pasar el rato. Una película para estómagos duros, mentes inquietas... y paladares pacientes.
Mi puntuación en IMDB: 7


1 comentario:
Es que tu impaciencia con las películas es legendaria ;)
¡Me alegra que vuelvas a escribir!
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