domingo, 28 de febrero de 2010

Crítica: Shutter Island

La falta de costumbre por escribir, provocada principalmente por el fuerte ritmo de trabajo que sufro normalmente en la oficina, acompañado -todo hay que decirlo- por algunos maravillosos videojuegos que he tenido ocasión de disfrutar últimamente, hacen que este blog -vuestro blog- no esté todo lo actualizado que uno desearía. La cosa es que a uno de vez en cuando le vuelve el gusanillo por escribir -ese bicho que cuando uno de verdad lo lleva dentro, puede estar en letargo más o menos tiempo pero nunca muere-, y son esos momentos los que uno tiene que aprovechar para dar rienda suelta a su vena artística. Hoy, es uno de esos días para mí.

Que Leonardo DiCaprio y Martin Scorsese comparten una química especial en la pantalla es algo que difícilmente el espectador puede poner en duda. El más que demostrado talento de ambos artistas suele traer resultados cinematográficos de notable calidad. A Gangsters de Nueva York, El Aviador e Infiltrados -de las cuales solo he visto la última, una auténtica maravilla del cine negro- se une ahora Shutter Island, un thriller dramático que indaga en la fragilidad de la psique humana.

¿Cual es el secreto que se esconde detrás de Shutter Island? Esa precisamente es la pregunta que se hacen Teddy Daniels (DiCaprio) y Chuck Aule (Mark Ruffalo) cuando viajan hasta el sanatorio psiquiátrico para investigar la misteriosa desaparición de uno de sus enfermos. A pesar de la aparente predisposición del doctor Cawley (al que da vida el siempre extraordinario Ben Kingsley) en hacer cuanto esté en su mano para ayudar a los agentes, algo no acaba de encajar en el misterioso sanatorio mental que da nombre a la isla. Cuando todo el mundo parece estar mintiendo, los enfermos te susurran por lo bajo que huyas mientras puedas y algunas -incómodas- preguntas no logran encontrar respuesta, quizá la sensación de paranoia que percibes en el ambiente no sean solo imaginaciones tuyas...

Con esta premisa, asistimos a un filme ambientado en los años cincuenta -en plena Guerra Fría- donde sus dos principales bazas al frente de la pantalla, DiCaprio y Kingsley, demuestran una vez más su capacidad para implicar al espectador en una poderosa trama quirúrgicamente hilada que no deja cabos sueltos ni elementos al azar. Una trama compleja y emocionante cuya inevitable conclusión viene precedida, como quien deja en un sendero miguitas de pan, de una larga serie de pistas que anuncian su desenlace e invitan a un segundo y hasta a un tercer visionado de esta delicia cinematográfica que cojea, por citar algún punto negativo, de una banda sonora un tanto floja y "machacona".

Y es que, como ocurre en las ¿prisiones? de verdad, en Shutter Island es fácil entrar... pero muy difícil salir.


Mi puntuación en IMDB: 7

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que tiene una pinta estupenda... estoy deseando comprarme el libro de Dennis Lehane en el que está basado.

Anónimo dijo...

Hi, as you may already noticed I am fresh here.
I will be happy to receive some help at the start.
Thanks and good luck everyone! ;)

Holdy dijo...

Tiene pintilla, has logrado convencerme para que vaya a verla ;).

Buen artículo.