jueves, 29 de abril de 2010

Crítica: El Secreto de sus Ojos

Aún después del obligado segundo visionado, esta vez en DVD, de la maravillosa producción argentina que es El Secreto de sus Ojos, sigo sin tener claro donde exactamente reside su secreto. Ese secreto que distingue las grandes películas de las obras maestras. No estoy seguro de si está en su magnífico guión repleto de sutiles detalles que invitan a aquel segundo visionado del que os hablaba, en la excelente dirección de la obra con la elección de algunos planos tan inusuales como efectivos, en el impecable trabajo de los actores que potencian la credibilidad de la historia, en la precisa y elegante mezcla de géneros, en la sensibilidad que emana de sus fotogramas, o en el exquisito acabado que da forma a todo el conjunto.

Poco importa.

El Secreto de sus Ojos es la cuarta película en la que coinciden Ricardo Darín y Juan José Campanella después de El Hijo de la Novia, El Mismo Amor, La Misma Lluvia y Luna de Avellaneda y es, además, la que les ha valido a ambos un Óscar a la mejor película de lengua no inglesa y dos Goyas de la Academia de las Artes: uno a la mejor película hispanoamericana y otro -merecedísimo- a la mejor actriz revelación. Dos premios que, a juzgar por el resultado, saben a poco.

La sólida trama del filme, basada en la novela "La Pregunta de sus Ojos" de Eduardo Sacheri, es una magnífica historia que se desarrolla en dos momentos temporales bien diferentes. Por un lado el pasado, en el que Benjamín Espósito (Ricardo Darín) rememora los hechos que ocurrieron hace 25 años con la investigación del asesinato de una joven adolescente y la forma en que aquel terrible suceso marcó a todos. Por otro, el presente, en el que Benjamín se reencuentra con Irene (Soledad Villamil), el amor de su vida, para escribir una novela basada en aquel sangriento crimen. Un crimen que ha dejado una huella imborrable en la memoria de Espósito.

Como la mayoría de los filmes argentinos, El Secreto de sus Ojos transcurre lentamente en la pantalla. Sin embargo, lejos de hacerse pesada, el interesante desarrollo de la trama y la precisa y curiosa mezcla de momentos dramáticos, románticos, cómicos y de suspense -cada uno en su justo momento y en su justa medida-, construyen una obra cinematográfica de soberbia calidad que mantiene al espectador pegado al sillón hasta su inquietante desenlace.

Imprescindible.


Mi puntuación en IMDB: 10

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