martes, 25 de marzo de 2008

Crítica: Encantada

encantadaAhora que no falta mucho para la salida en DVD y Blu Ray de "Encantada", me vienen de nuevo a la memoria el recuerdo de las (maravillosas) sensaciones que me transmitió la última gran producción de la factoría Disney, que demuestra contra todo pronóstico que sigue estando al pie del cañón.

Encantada narra la historia de Giselle, una muchacha dulce, soñadora, romántica y sensible que anhela conocer su príncipe azul con el que está segura que acabará casándose, pues en el mágico lugar del que proviene llamado Andalasia (estereotipo Disney propio de películas como La Bella Durmiente, Blancanieves y otras tantas más) no hay sitio para el desamor. Y, como no podía faltar en este tipo de historias, existe ese príncipe azul que acabará encontrando y que, irremediablemente, quedará prendado de Giselle desde el mismo primer momento en que sus miradas se crucen. El tercer e imprescindible ingrediente es la malvada bruja -de nuevo, auto-homenaje-, madrastra del príncipe, que ansía para sí misma su compañía pues es la pieza fundamental en su plan para gobernar Andalasia. El giro, sin embargo, es lo que da ese hábil e imaginativo toque a esta película que rompe los moldes preestablecidos; y es que, para librarse de la amenaza de Giselle, la bruja lanzará a nuestra protagonista a un oscuro abismo que la transportará lejos, muy lejos, del mundo del que ella proviene. Un mundo, Nueva York, que no se rige por las normas que ella conoce, donde los sentimientos no son blancos o negros, y donde el amor puede ser muy cruel y no hay lugar para esperanzas ni sueños... ¿o sí lo hay?

Con este aparentemente sencillo pero original planteamiento, Disney da un giro de tuerca a su típica historia de animación para contarnos, de la mano de una magistral Amy Adams (Giselle), qué ocurre cuando mezclas la magia de los cuentos con el mundo real. Y lo que ocurre es, ni más ni menos, una divertida, romántica y muy tierna historia capaz de emocionar a niños y mayores y en donde la Factoría de los Sueños se auto-parodia con elegante pero irónica habilidad. Y es que la actriz, al igual que la protagonista que interpreta -quizá lleve algo de ella dentro-, sabe perfectamente capturar la esencia del personaje, mostrándonos a una chica ingenua, sencilla, dulce y sensible que no deja de soñar con esa ¿ridícula? idea llamada amor verdadero. Una idea que, quizá, no se corresponda con la que siempre había tenido. Y es que en su llegada a nuestro mundo, no será su príncipe azul quien la rescate de las frías calles de NY, ni quien la proteja de los -para ella, desconocidos- peligros del mundo real, sino un hombre común, Robert (encarnado por Patrick Dempsey), cuyo lado más humano le hará replantearse todo aquello en lo que siempre había creído.

Una historia, en definitiva, que nos demuestra que la esperanza y el amor no es solo cosa de los cuentos.

Solo hay que saber donde mirar.


Mi puntuación en IMDB: 8

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