jueves, 3 de septiembre de 2009

Crítica: El Pez Gordo

Ayer por la tarde asistí a la representación de "El Pez Gordo", una comedia teatral interpretada por Helio Pedregal, Toni Cantó (en un brillante papel, por cierto) y Bernabé Rico que, lejos de quedarse en la vacua e insustancial carcajada -motivada, ciertamente, por sus ingeniosos diálogos-, sumerge al lector en reflexiones más profundas de las que uno podría esperar cuando va a ver una obra de estas características -sensación que me embargó también cuando fui a ver, por ejemplo, la película Click de Adam Sandler-. Reflexiones acerca de la vida, la muerte, los aceites lubricantes y Dios. Y es que, es verdad, no hace falta tener una plaquita identificativa y un nombre de empresa detrás para comportarse como un comercial, no importa el producto que uno trate de vender.

Veamos: la historia trata sobre tres agentes de ventas: Phil, Larry y Bob, que se reunen en una pequeña habitación de hotel en Wichita donde celebran una fiesta con objeto de captar al Pez Gordo, un importante hombre de negocios que podría asegurarles un contrato multimillonario para su empresa. Por si las complicaciones del propio trabajo no fueran pocas, las profundas creencias religiosas de Bob comienzan a crear conflictos entre los personajes -debido, en gran medida, al fuerte carácter de alguno de ellos-, y a complicar el éxito de la empresa.

Aderezada, como comentaba antes, por ingeniosos y trabajados dialogos, la película -interpretada por Kevin Spacey, Danny DeVito y Peter Facinelli- transcurre enteramente en una habitación de hotel y es un fiel reflejo de la obra de teatro escrita por Roger Rueff (quien también, por cierto, escribió el guión del filme). Alejándose solo en momentos concretos para añadir, supongo, su propia personalidad -con diálogos que no vemos en el escenario-, el desarrollo de las escenas y la mayoría de las conversaciones resultan casi idénticas en ambos casos, por lo que resulta incuestionable la importancia del trabajo de los actores en la identidad y el resultado final. Así, un desbocado Kevin Spacey -recuerdo: no soy objetivo, se trata de uno de mis actores fetiche- hace un trabajo extraordinario encarnando, como Toni Cantó (quien, imagino, debió inspirarse en su trabajo), al irónico Larry. De la misma manera, Danny DeVito al igual que Helio Pedregal, da vida al veterano y agotado Phil en un trabajo en ambos casos más que notable. En la sombra queda el trabajo tanto de Peter Facinelli como de su versión española Bernabé Rico dando vida a Bob, quizá no tanto por sus aptitudes artísticas -que no creo poder cuestionar-, sino por el papel que les toca llevar, a la sombra de personajes con más carácter y de actores de más embergadura.

"El Pez Gordo" es, en definitiva, un trabajo meritorio muy correcto que creo que merece la pena tanto en su formato en celuloide como en el teatral. Aparte de pasar un buen rato, le plantea a uno muchas preguntas.

Y eso a veces, se agradece.


Mi puntuación en IMDB: 7


Nota: Si alguien se anima a ver la obra, le recomiendo que lo haga entre semana si quiere ahorrar dinero. La web entradas.com está ofreciendo descuentos del 50% (las llamadas "último minuto") en el precio, para asistir de martes a jueves.

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