Aunque con las noticias que se pueden leer últimamente en los periódicos (y que, reconozcamoslo, asustan) sobre una posible pandemia de gripe porcina, a uno le entran ganas de escribir sobre películas como "Estallido" o "28 días después" -al mal tiempo, buena cara-, he decidido dejar de lado dichas ideas, por si alguien pudiera confundir mi irónico sentido del humor con mala fe y ganas de reírme del mal ajeno; no quiero herir sensibilidades, y menos aún con malentendidos.A lo que iba: el pasado jueves 16 de abril tuve la oportunidad de asistir al preestreno de "International, dinero en la sombra", un thriller americano-alemán protagonizado por Clive Owen y Naomi Watts que promete más de lo que ofrece -y, a juzgar por el trailer, tampoco es que prometa demasiado-. Una oportunidad que, inocente de mí, debí haber desaprovechado. Pero, claro, es lo malo que tiene el apostar en este tipo de eventos, que muchas veces uno carece de referencias sobre la película, o ni se ha molestado en buscarlas -como fue mi caso- porque, o bien el argumento (mira que la trama no tenía mala pinta), o bien el trailer -o ambas- pronosticaba(n) dos horas de justo, aunque no exagerado, entretenimiento. En estos casos no resulta muy difícil (y ahí el mérito reside en los responsables de marketing) el acabar, al igual que los protagonistas del filme, víctima de vil y traicionero engaño (aunque bien pensado no sé si los dos casos son comparables, pues afortunadamente en el mío el susodicho engaño no ha implicado el acabar rodeado de cadáveres).
En fin, que aunque para gustos los colores, personalmente la película en cuestión se me antoja digna de las tres aes: ambiciosa, anecdótica y aburrida. A pesar de las ganas que los dos actores protagonistas ponen en sus papeles (Clive Owen ya consiguió llamar mi atención cuando lo descubrí por primera vez en un corto promocional de BMW rodado por el director de acción John Woo), la tensión se queda a medio gas, la trama en algo excusable, y el conjunto en sí en algo insulso. Coherente, pero insulso.
No en vano, cuando llevaba una hora de película, oigo que la niña de mis ojos -que me había acompañado a verla, la pobre- me comenta en voz baja: "me aburro" (por si sonaba la campana, me confesó después), a lo que inmediatamente pienso "no me extraña". Mi respuesta, no muy diferente de mis pensamientos ("yo también"), nos animó a abandonar la sala una hora antes de lo previsto.
Y, sin lugar a dudas, una hora más tarde de lo debido.
Mi puntuación en IMDB: 3
Actualización: por cierto, soy consciente de que no he hablado sobre el argumento de la película, no sea que alguien al igual que yo pensase que tiene buena pinta y decidiese ir a verla. Si a pesar de la -subjetiva- advertencia, algún lector se queda con ganas, puede leer el argumento de la película en Filmaffinity, siguiendo el enlace.


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